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martes, 23 de diciembre de 2014


Compartiendo silencios
¿Has compartido alguna vez silencios?
Yo sí, 
Son momentos muy especiales que deseas que no terminen nunca, que  llegan  de algún recóndito lugar y se instalan por sorpresa,  no los puedes crear, se dan en cualquier momento y lugar.
Hay muchos tipos de silencios...
Esta el silencio de una flor, el silencio de emoción, el silencio de enfado, el silencio de pareja, el silencio de lluvia, el silencio de la noche, el silencio del mar, el silencio de un cine, el silencio de la ira, el silencio del amor, el silencio de un anciano, el silencio incomodo, el silencio de un caminante, el silencio de la soledad, el silencio del dolor, el silencio del desamor, el silencio de la impotencia, el silencio entre amigos… Son innumerables.
Para mi uno de los silencios compartidos, más bonitos, es cuando descubres que  estas con alguien especial  y… sabes por su mirada que el silencio también lo ha atrapado a él,  que no piensa en nada, que solo quiere disfrutarlo dejarse llevar por él y el momento de paz que se crea entre el silencio y ambos.
Esos inesperados silencios hacen que disfrutes de otra manera de... momentos, lugares, o personas con quien los compartas. Como viendo una totalidad que antes te perdías.
Creo que los silencios lo magnifican todo.
Yo aun guardo  el silencio que compartí con unos amigos de una noche clara y estrellada. Lo recuerdo como si fuera ayer, y de eso hace más de diez años. Recuerdo que era por julio, en un pequeño pueblecito a las afueras de la ruidosa ciudad de Granada, me encontraba allí de vacaciones ya me habían hablado de aquellos cielos donde  parecía que podías tocarlas con las manos, jamás había visto uno tan claro y lleno de estrellas y constelaciones cómo aquel, recuerdo que la gente tenía por costumbre salir a pasear a altas horas de la noche pues los días eran muy calurosos. Serian la una de la madrugada estábamos en la zona alta del pueblo donde había una montaña, en la que la gente había hecho como una especie de mirador nocturno dónde se reunían a observar las estrellas y por supuesto a compartir los silencios que allí se creaban. Podías pasar largas horas contemplando aquella maravilla.
Estoy convencida que aquel sitio, es uno de esos lugares especiales que hay repartidos por toda la tierra, y que solo hay que buscarlos donde vivas, merece la pena.     
Porque…Si el silencio te atrapa junto a un bonito paisaje,  te puedo asegurar que jamás lo volverás a ver igual. 
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonita sensación. Los silencios compartidos siempre son especiales cuando te sientes cómodo con la persona con quién compartes. Aprovecharé para dejarme atrapar por el silencio unos instantes. Gracias Montse. Un beso.