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martes, 25 de noviembre de 2014

 
LA NINFA Y LA LUNA

 
Luz es una pequeña ninfa del maravilloso mundo mágico de las hadas. Habita en un de uno de los más bonitos y grandes bosques de Irlanda. De carácter alegre y juguetona, su menuda estatura y complexión hacen, junto a sus largos cabellos y singulares y hermosísimas alas plateadas, una de las más atractivas ninfas de todas las de su especie.

Sin embargo Luz estaba totalmente convencida de que su gran belleza y magia se debían a una sola cosa, y era, sin duda alguna, a sus asiduos y gratificantes baños de luz en las mágicas aguas del lago más hermoso. A menudo pasaba las horas contemplando a aquel misterioso reflejo en las maravillosas noches de luna llena, anhelando que la imagen que allí veía le correspondiera.

El tiempo pasaba y aunque Luz durante el día tenía su mente ocupada en cuidar de la naturaleza con su inagotable alegría, y amor… cuando atardecía y la noche se dejaba ver acompañada de aquel hermoso reflejo, junto a la luna y las estrellas en el lago, Luz se sumía en una gran tristeza y una enorme curiosidad por saber de aquel extraño reflejo que veía en aquellas plateadas aguas, al que no podía dejar de asistir noche tras noche.

 Y lo que en un principio comenzó como un juego grato y placentero se fue convirtiendo en una obsesión. La magia y los colores poco a poco fueron desapareciendo y fue creciendo en su lugar una profunda ansiedad.

-Yo quiero ser como ese misterioso reflejo, quiero saber quién es, si tan sólo yo poseyera una milésima de su belleza, si tan sólo resplandeciera con una chispa de su luz…

- ¿Quién eres? – Preguntaba

-¿Cómo puedo ser como tú? eran sus preguntas constantes, pero el misterioso reflejo sólo la miraba de vuelta imperturbable y en eterno reflejo… Pasaban las horas y Luz caía rendida sin hallar respuesta… 

Una noche vencida por el cansancio, en uno de sus sueños pareció oír algo que le desvelaba el secreto del misterioso reflejo del lago,

 -Soy tu belleza interior, la que brilla cuando se unen tu cabeza y tu corazón. Siempre estoy ahí y brillo con todo mi esplendor cuando se es simple, cuando te aceptas y te rindes a la magia de la vida, sin oponer resistencia sin desear ser algo más de lo que soy, sólo siendo consciente de estar vivo es cuando la fuerza de la vida toma el poder y te dirige en su viaje sintiendo y experimentando lo que significa el único regalo que nos han dado, que es la vida. 
-Pero si sigues preguntándote quién soy…
-si sigues generando obsesión
-si sigues angustiándote y deseando ser otra cosa que no eres, te apartarás de tu fuerza, la luz se irá marchitando y sólo quedará la sombra y el vacío. Te convertirás en un caminante  vacuo al vivir fuera de ti, añorando respuestas y esperanzas ajenas.

-Ese reflejo maravilloso del que estás enamorada es el hada mágica que todos llevamos dentro… pero que desaparece cuando nos desenganchamos de los valores que nos hacen reales. Tú nunca antes habías deseado ser otra cosa que lo que eras por ello ni te percatabas de este reflejo en las noches de luna, porque no necesitabas ser nada más que lo que eras. El hada plena que tenía conciencia de estar viva,

-Pero un día pasaste ese borde muy fino y sutil de salir de ti misma y empezaste a añorar y desear ser como esa hermosa hada reflejada en las aguas de plata de las noches de luna que paradójicamente no es otra que tú…

-Pero cuando se sale de uno mismo entramos en ese laberinto sin retorno….

-Ya no me queda mucho tiempo si tu desazón y angustia siguen aumentado mi reflejo se irá apagando….

Estaba amaneciendo y los pajaritos susurraban al oído de Luz: - despiértate ya que tienes que acompañarnos a dar tu luz, color y magia a todo el bosque. Los pajaritos animaban a Luz para que fuera ella misma,  como siempre había sido.

Pero Luz ciega  a la verdad… se iba sumergiendo más y más en el pozo oscuro del dolor y el sufrimiento y a la falta de humildad por salirse de lo que ella era.

Era tal su desesperación que no los oía y continuó a orillas del lago donde su reflejo cada vez iba desapareciendo más y más hasta sólo quedar una delgada sombra de ella…

 Pero la luna que había sido testigo de tantas noches de soledad, de angustia, obsesión y de todo… aquella noche decidió haciéndole un pequeño regalo a aquella Ninfa… y apiadándose de ella, dejando caer al lago la más hermosa de las estrellas de su cielo.

Al caer la estrella en el lago, justo cuando quedaba el ultimo hilo del reflejo al que Luz envidiaba toda aquella belleza, rompió el sueño en el que estaba a punto de  sumirse y perderse para siempre, y en su lugar apareció  una pequeña y mágica flor plateada, que al caer al lago borró toda sombra de aquel reflejo que una vez Luz había querido ser.
 
Luz cogió aquella hermosa flor y entendió que aún tenía mucho que aprender de todo lo que la rodeaba… 
Entendió… que cuando no aceptamos lo que somos perdemos el poder de hacer cualquier cosa puesto que sólo somos reales aceptándonos tal y como somos, rindiéndonos a la vida, permitiendo la experiencia y sabiendo que es un viaje sólo hacia delante, que el instante perdido no se recuperará y con esa conciencia llenarlo de lo mejor que somos…

Es la fórmula que nos hace brillar y sacar el hada, la magia que todos llevamos dentro. 

Ya luz no volvió más al lago de aguas plateadas, ya no lo necesitaba, sabía quién era.

Simplemente era ella y eso era suficiente….

 

 

                                                               

1 comentario:

Anónimo dijo...

Precioso cuento. Toda una lección!